¿Amar o depender?
Por diversas razones he recuperado un libro que cierto día me regaló una persona que ya no lo necesitaba. El libro habla de cómo superar el apego afectivo y hacer del amor una experiencia plena y saludable. ¿Amar o depender? de Walter Riso
Éste libro habla del desapego. El desapego no es más que una lección que dice: el amor es ausencia de miedo. Equivocadamente entendemos el desapego como dureza de corazón, indiferencia o insensibilidad. Esto no es así. El desapego no es amor, si no una manera sana de relacionarse, cuyas premisas son: independencia, no posesividad y no adicción.
Las tres manifestaciones más importantes de la inmadurez emocional, relacionadas con el apego afectivo en particular y con las adicciones en general son, bajos umbrales para el sufrimiento, baja tolerancia la frustración y la ilusión de permanencia. En esta entrada, comentaré esta última por recoger uno de los pilares más importantes en la dependencia afectiva.
Ilusión de permanencia o de aquí a la eternidad
Hace más de dos mil años, Buda alertaba sobre los peligros de la falsa eternidad psicológica. Todo esfuerzo por aferrarnos nos hará desgraciados. Porque tarde o temprano, aquello a lo que nos aferramos desaparecerá y pasará. Ligarse a algo transitorio, ilusorio e incontrolable, es el origen del sufrimiento. Todo lo adquirido puede perderse, porque todo es efímero. El apego, es la causa de sufrimiento.
Todo fluye, todo cambia, todo nace y muere, nada permanece, todo se diluye, lo que tiene principio tiene fin, lo nacido muere y lo compuesto se descompone. Todo es transitorio, insustancial y por tanto, insatisfactorio. No hay nada fijo de que aferrarse.
Los tres mensajeros divinos, como él lo llamaba: enfermedad, vejez y muerte no perdonan. Tenemos la opción de revelarnos y agobiarnos porque la realidad no va por el camino que quisiéramos. O podemos afrontarla y aprender a vivir con ella, mensajeros incluidos. Decir que todo se acaba significa que las personas, los objetos o las imágenes en las cuales hemos puesto nuestras expectativas, no son tales. Aceptar que nada es para toda la vida, no es pesimismo, sino realismo saludable. Incluso puede servir de motivador para beneficiarse del aquí y el ahora. Esta es la razón por la cual los individuos que logran aceptar la muerte como un hecho natural, en vez de deprimirse, disfrutan de cada día como si fuera el último.
Extracto de “¿Amar o depender?” , Walter Riso