Emociones positivas

Felicidad
“La felicidad es interior, no exterior, por tanto no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos”
Pablo Neruda
La mayoría de nosotros no necesitamos una definición formal de felicidad, pero claramente la identificamos cuando la sentimos: alegría, orgullo, satisfacción, gratitud
En la psicología positiva, la palabra felicidad se utiliza como sinónimo de “bienestar subjetivo” y se mide pidiendo a la gente que diga cómo de satisfechos se sienten con sus propias vidas y cuántas emociones positivas y negativas están experimentando. Sonja Lyubomirsky, en su libro de 2007, La ciencia de la felicidad (1), describe la felicidad como “la experiencia de alegría o bienestar positivo, combinado con la sensación de que la vida es buena, significativa y que vale la pena.”
 
Muchos estudios han encontrado que la felicidad mejora algunos aspectos de nuestra vida. Quizá una de las más llamativas es que las personas felices viven más tiempo y son menos propensos a padecer enfermedades. En este sentido, el estudio de Danner, Snowdon y Friesen, 2001 (2), analizó el estado de salud y la longevidad de 180 monjas católicas en 1932. Justo antes de ingresar en una orden religiosa, cuando tenían una edad media de 22 años, se pidió a 180 monjas que escribieran unas autobiografías o diarios. En ellas escribían sobres sus vidas y sobre lo que esperaban del futuro. Cuando analizaron el estado de salud y la longevidad de estas monjas, y dado lo similar de las condiciones en las que todas las monjas habían vivido, la única variable a la que se podían atribuir las diferencias observadas en su estado de salud y en su longevidad era la presencia de emociones positivas en sus autobiografías. Se encontró una fuerte asociación inversa entre el contenido emocional positivoen estos escritos y el riesgo de mortalidad en la edad avanzada. Las monjas que reflejaron en sus escritos contenido emocional positivo (alegría, anhelo, felicidad) gozaban de mejor estado de salud y vivían una media de diez años más que aquellas que prácticamente no expresaron emociones. El 90% de las monjas del grupo “más alegre” seguía viviendo a los 85 años frente al 34% del grupo “menos alegre”. Es decir, la presencia de contenido emocional positivo en las autobiografías estaba fuertemente asociada a la longevidad.
 
Es cierto que las emociones positivas son sutiles y fugaces y es fácil que nos perdamos las oportunidades de experimentarlas. Pero merece la pena hacer el esfuerzo de poner el focoen lo positivo que nos ocurre cada día. Es más sencillo identificar las emociones negativas, la ira, la tristeza, la ansiedad… porque nos causan un gran malestar. Pero las emociones positivas, nos producen muchos beneficios: cuando nos sentimos bien, nuestros pensamientos son más creativos, más flexibles y estamos más abiertos a nuevas informaciones, somos más generosos, somos más productivos… ¡Y además, a la larga podemos llegar a vivir más!
 
¡Merece la pena intentar poner el foco en lo positivo!
 
 
(1) La Ciencia de la felicidad. Sonya Lyubomirsky. 2008
(2) Positive emotions in early life and longevity: Findings from the nun study. Danner, Deborah D.; Snowdon, David A.; Friesen, Wallace V.  Journal of Personality and Social Psychology, Vol 80(5), May 2001, 804-813. 

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