Todo cambio asusta.Nuestro sistema se pone en alerta, porque la incertidumbre no la llevamos nada bien. ¿Cúal será esta nueva realidad? ¿Hasta cuando tendremos que estar así?¿Por qué de pronto nos sentimos tan vulnerables? A esto le sumamos más incertidumbres, el trabajo entre otras, la economía, el nuevo orden social.¿Y qué hacemos con todo esto? ¿Y qué sino podemos hacer nada más que aferrarnos al día a día? De pronto, descubrimos todos el poder da las pequeñas cosas….Ese estar en familia, ese poder darte una ducha sin tener que dártela a toda prisa, retomar el libro o volver a leer, hacer deporte en familia….También nos damos cuenta de que lo hemos perdido y más valoramos, ese abrazo a tus familiares, esos ratos con amigos, esa libertad para salir o entrar para hacer lo que quieres, dar un paseo, ir a la compra o simplemente salir por salir, sin rumbo.El confinamiento nos quita muchas cosas, pero nos da otras,….Nos permite dar un parón y nos obliga a estar presentes en nuestro día, aunque no lo queramos….Con preocupación, mucha, pero también nos da la oportunidad de ver que la carrera sin rumbo no tiene sentido, que el vivir sin propósito tampoco. ¿Sacaremos conclusiones de esto? ¿Mejoraremos? Creo que los cambios nunca son fáciles ni rápidos pero con conciencia podemos conseguir pequeñas cositas.