Continuando con nuestra Escuela de Padres, el pasado jueves, tuvimos una sesión sobre el fomento de valores positivos en la familia.
El objetivo de la sesión, era en un primer momento reflexionar sobre los valores que cada uno de nosotros tenemos como padre o como madre y que con nuestra conducta estamos transmitiendo a nuestros hijos. Este primer ejercicio de reflexión, nos dejó un montón de valores, como podéis ver en la foto.
Tras el primer ejercicio de reflexión, escogimos cuáles de esos valores podríamos considerar más básicos para la convivencia y que todo niño debe ir incorporando a lo largo de su desarrollo. Bien, de todos los que había inicialmente, escogimos el respeto, la responsabilidad, la tolerancia, la generosidad, la urbanidad, la constancia, el esfuerzo y el compañerismo, como valores a trabajar en familia. Cada uno de los padres tenía que pensar un ejemplo de cuándo había puesto en marcha ese valor, o cómo lo había intentado transmitir a sus hijos. Fue un ejercicio muy bonito de tomar conciencia de que muchas veces, sobre todo cuando los niños son muy pequeños, no entienden tanto el sentido de nuestras palabras, pero sí pueden aprender las cosas a través de nuestras acciones.
Nos dimos cuenta también de que hay muchos valores que están relacionados entre sí, que van de la mano y que también queremos que los incorporen. Porque los valores, son aquellas cosas que nos parecen importantes en la vida, son aquellas cosas que nos mueven a la acción, son objetivos que nos sirven de guía principal y marcan las decisiones que tomamos y muy importante, cómo nos sentimos al tomarlas. Y en el fondo, si pensamos en cómo los hemos adquirido nosotros, somos conscientes de que ha sido en casa, con nuestros padres y familiares más cercanos; también la sociedad nos moldea algún otro valor; pero los principales son los que hemos aprendido en casa y cómo tal, es muy importante que reflexionemos sobre el legado que dejamos a nuestros hijos.
Por último, en la sesión, hablamos de que la forma en la que se transmiten los valores, es a través de la disciplina democrática. Los niños y niñas necesitan de normas y límites para saber que su comportamiento está bien o está mal, para sentirse seguros y confiados, para tener un adecuado desarrollo social, moral, cognitivo y emocional. Las normas también les ayudan a tener un sentido crítico, sobre lo que es justo e injusto. Y con los valores y la progresiva autonomía alcanzarán la autodisciplina.