La adolescencia, una oportunidad para crecer como padres

adolescencia

Una oportunidad de crecimiento

La semana pasada tuvimos nuestra sexta sesión en la escuela de padres nivel I en el British School Of Gran Canaria.

Tuvimos la ocasión de hablar sobre la adolescencia.Nos guste o no los padres, constituimos el principal anclaje de nuestros hijos en la sociedad, de tal modo que el comportamiento que estos chicos, futuros hombres y mujeres, plasmarán en su entorno social, será producto en gran medida de lo que les haya sabido dar en sus años de infancia y adolescencia.

A primer golpe de vista, podríamos considerar que las cosas han cambiado mucho hoy en día con respecto a tiempos pasados,sin embargo ¿ No podríamos pensar, que se trata de un proceso de actuación que tiende a repetirse de generación en generación entre padres e hijos para que exista un buen equilibrio entre la evolución y la permanencia de valores?

Parece que nos percibimos hoy en día muy distintos a los adolescentes principalmente por dos motivos: el primero tiene que ver con el avance tecnológico al que estamos asistiendo a partir de los últimos años del siglo XX,el segundo motivo estás relacionado sin duda con el tipo de educación recibida por los padres.

La educación de un hijo es una labor diaria como dormir o comer. Si un día se come mal no pasa nada lo importante es la continuidad.

Ayer vimos, cómo buscar la propia identidad, establecer un sistema de valores propios, satisfacer la necesidad de pertenecer, conformar la necesidad de independencia etc… son algunas de las tareas con las que se enfrenta el adolescente en el momento evolutivo.

A todos nos gustaría tener hijos buenos, buenísimos, listos, listísimos, que no nos dieran problemas, que no nos retaran y pusieran a prueba nuestra paciencia, que no nos hicieran tener la sensación de que sobrevivir a su adolescencia ya es suficiente….

Sin embargo, la adolescencia, como todo momento en la vida, es una oportunidad para crecer. No sólo el adolescente, sino también los padres y educadores, que podemos ver en ellos reclamos a nuestra humanidad, a nuestra capacidad de escuchar y comprender, de caer y levantarnos, de confrontar y caminar juntos

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