El jueves día 26 tuvimos la sesión “ecuador” de la Escuela de Padres I y Escuela de Padres II. La verdad es que cada sesión es un regalo para nosotras. En esta ocasión hablamos de comunicación y de cómo comunicar para conseguir la cooperación en familia.
Creo que la regla más importante en la comunicación es la de saber encontrar el tiempo y el espacio para comunicarte. Vivimos rodeados de estímulos que continuamente demandan nuestra atención (el whatssapp, la llamada, el mensaje de e-mail, la tele, el …..) me canso sólo con nombrarlos. Vimos realmente lo difícil que es mantener una buena escucha activa, dar respuesta a ese sentimiento o a esa dificultad si no tenemos una atención plena en quien nos habla.
Para poder conectar con la otra persona tendríamos que buscar un lugar que invite al diálogo. Hay que saber cuál puede ser. Tal vez por sorprendente que nos parezca es ese coche si tu hijo es adolescente. ¿Por qué siempre que te tiene que decir algo tan importante te lo suelta ahí? Eso es algo de lo que se quejan algunos padres… Tal vez la explicación venga de que le intimide menos o le dé mayor sensación de seguridad, sin embargo ahí es difícil a veces poner todos los sentidos…
Tal vez poniendo la radio un poquito más tarde para informarnos de las noticias o poner esa música del día logramos ganar 10 minutos de conversación privilegiada con nuestros hijos.
Si tu hijo es pequeño, tendrás que ir a su nivel y meterte en su “pequeño gran mundo”. Baja a su altura y piensa que lo que realmente te está contando para él es importante; así que antes de precipitarte en la respuesta, dale una palabra a esa emoción que quizás está experimentando.
A la hora de comunicarte, también, es importante también elegir el momento oportuno. ¡Qué difícil! Es ese momento en el que la persona con la que te comunicas puede estar receptiva y estar contigo con los cinco sentidos. Para ello, es importante que nada nos pueda distraer, el móvil incluido.
Otra clave quizás está en no posponer los conflictos; tal vez luego tengamos que invertir mucho más tiempo y esfuerzo para resolverlos. Cuando no hablamos, generalmente dejamos que el otro llegue a sus propias conclusiones y el resultado es un malentendido.
En esta época donde la inmediatez y la tecnología a veces nos abruman quizás tenemos que luchar por recuperar esa comunicación cara a cara. Haz la prueba. Un día puedes hacer de tu comunicación cara a cara lo primero, por encima de tareas, encargos, trabajos y demás actividades.