El valor de la amabilidad y la generosidad

generosidad

Desde pequeños nos inculcan la idea de ser generosos y amables con los demás. De entre todos los valores para la convivencia, la generosidad junto con la responsabilidad, nos construyen como personas más pendientes de los demás (a través de las consecuencias de nuestros actos) y fomentan la gratitud. La generosidad diríamos que es un valor por el que una persona intenta ayudar y entender a los demás. La generosidad no hace referencia a lo económico o material, puede también ser el reflejo del interés y dedicación de tiempo o trabajo para otros sin esperar recompensa.

Hoy os traemos este vídeo, en el que podemos ver cómo la amabilidad y la generosidad es un modo de vida. Y además, como vemos la amabilidad puede hacernos felices. La investigación científica ha probado que practicar la amabilidad no sólo es bueno para el que la recibe, sino también para el que la practica. A la vista del vídeo está.

 

Ser amable y generoso nos hace percibir a los demás de forma más positiva y benévola. Al hacer actos de generosidad, nos consideramos a nosotros mismos como altruistas y compasivos, lo que hace que a su vez aumente la confianza en nosotros, nuestro optimismo y que nos sintamos útiles.

Si veis el vídeo, podréis observar como también ser amables o generosos, puede desencadenar una cascada de consecuencias sociales positivas. Caemos mejor a los demás, nos aprecian más y los otros nos muestran su gratitud.

¿Y cómo poner en practica la amabilidad? Pues lo tenemos fácil, no hace falta ninguna inversión económica, ni de tiempo ni de recursos personales. Tampoco tenemos que buscar muy lejos, quizá en casa, en el trabajo o en el barrio podemos hacer alguna acción. Elige un día de la semana (por ejemplo, hoy martes) y haz un gran acto amable o entre tres y cinco pequeñitos. Tiene que ser algo nuevo y especial. Porque ya de por sí, seguro que haces actos de amabilidad durante el día a día.

Otra alternativa es que sorprendas a alguien, regales algo de tu tiempo, que hagas algo que no te salga naturalmente (sonreír por la calle, escuchar a alguien con atención), o haz algo amable que no le cuentes a nadie y sin esperar nada a cambio.

Ofrecer ayuda todas las semanas, de manera variada no sólo contribuirá a que otros estén mejor, sino que a la larga, hará que tengas una mayor sensación de valor y de sentido de la vida, mejore tu autoestima y tu nivel de bienestar.

¿Te animas?

 

Fuente: La ciencia de la felicidad. Sonja Lyubomirsky.

Un comentario

  1. Que bonita reflexión la que nos deja éste vídeo y también la lectura, ser amable de verdad nos hace feliz.

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